Yoga
A través de estiramientos y respiración consciente, esta disciplina libera de tensión el cuerpo y la mente. Los expertos recomiendan practicarlo dos veces por semana. Se suele notar mejoría durante el primer mes.
Psicoterapia
Los psicólogos sostienen que tras un dolor de cabeza se esconde un conflicto psicoemocional. Comprender la raíz de nuestras molestias físicas ayuda a prevenir las cefaleas.
Biofeedback
Técnica que convierte los procesos psicobiológicos en señales gráficas, lumínicas y sonoras, a través de aparatos conectados al organismo. Se utiliza para aprender a relajarse, corrigiendo las respuestas físicas del cuerpo. En unas 10 sesiones se pueden observar los resultados.
Terapia sacrocraneal
Cada ocho segundos hay un cambio en la presión del liquido cefalorraquídeo, que irriga cerebro y médula espinal. Cuando sube la presión, las suturas de los huesos del cráneo ceden; cuando baja, se cierran. En las personas afectadas por cefaleas este movimiento es casi inexistente. El terapeuta mueve los huesos muy ligeramente, para provocar una descarga de la tensión, restablecer ese movimiento rítmico y así aliviar el dolor. Al principio se aconseja ir a consulta una vez por semana; cuando el dolor mejora, se distancian las citas.
El osteópata evalúa el estado de las vértebras cervicales, para saber qué tipo de problema hay; después trabaja la zona con un masaje para finalizar devolviéndoles su movilidad. Cada enfermo es único, pero la mayoría mejora en la segunda o tercera sesión.
Fitoterapia
Algunas plantas indicadas para las cefaleas son: matricaria (excepto durante el embarazo), hipérico, pasiflora.
Acupuntura
Restablece el flujo energético mediante la inserción de agujas en ciertos puntos de los meridianos que recorren el cuerpo. El ritmo de sesiones desciende a medida que el enfermo mejora: La primera semana, tres; después dos, hasta llegar a una al mes y después darle el alta.
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