La varicela es una enfermedad eruptiva típica de la infancia. Es importante que, ante la aparición de los primeros síntomas, como escalofríos, dolor corporal generalizado y la presencia de pequeñas vesículas rojizas con líquido en la piel, se acuda al médico.
Una vez que el diagnóstico está confirmado, se pueden dispensar los siguientes cuidados:
- Vestir al niño con ropas frescas de tejidos naturales, como el algodón. Cuánto más ventilada se mantenga la piel en las primeras 48 horas, menor será la intensidad de la erupción.
- Para calmar el picor, preparar un baño tibio y añadirle media taza de vinagre de manzana. Esto ayuda a que disminuya la irritación.
- Otra forma de apaciguar las molestias, es lavar las zonas más afectadas con una infusión de hammamelis.
- Ante la presencia de fiebre, es un error tratar de eliminarla, porque es el primer mecanismo de defensa del organismo frente a la presencia del virus. Lo mejor, en estos casos, es darle de beber abundante cantidad de líquidos y zumos frutales.
- Es importante tener presente que nunca se le debe suministrar al pequeño ácido acetilsalicílico (aspirina), al estar contraindicada en estos casos.
- Si al niño le quedan cicatrices, frótelas con aceite de vitamina E o de rosa mosqueta. Ambos productos tienen importantes propiedades regenerates y mejoran el aspecto de la piel.
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