Cuando miramos el rostro de cualquier persona es probable que la boca sea uno de los puntos en que más fijamos la atención. Su forma, tamaño, aspecto de los dientes y encías, conforman un conjunto de elementos que hacen un rostro amable y atractivo.
Aunque tendemos a resaltar la disposición y color de los dientes, la forma y tamaño de la boca, la verdad es que las encías también ocupan un papel importante para lograr una perfecta sonrisa.
Los problemas bucales suelen ser reflejo de deficiencias u otros problemas de salud. El sangrado en las encías, por ejemplo, puede deberse a una deficiencia de vitamina C; la resequedad y las grietas en las comisuras de la boca, a una baja asimilación de vitamina B7, y ambos pueden estar manifestando una deficiencia nutricional.
Durante el embarazo (cuando el estrógeno aumenta) es frecuente que las encías se hinchen, se vuelvan más blandas de lo normal y aumente su irrigación sanguínea.
Existen muchas cosas que podemos hacer para contribuir a la salud de las encías: aumentar el consumo de calcio y proteínas de alta calidad, de alimentos ricos en vitamina C y cepillar los dientes con frecuencia haciéndose un masaje en las encías.
Por supuesto que la visita al odontólogo es fundamental para hacer un correcto seguimiento de la evolución de estos problemas de la boca.
En todo este proceso la manzana puede jugar un papel importante en la recuperación y fortalecimiento de las encías. Una manzana (ojalá sin pelar) es muy beneficiosa para la zonas alrededor de los dientes; conviene consumirla entera, en grandes bocados, para que haga su trabajo de limpieza y masaje. Su consumo frecuente es, además, útil para reducir los efectos de la nicotina en las paredes de los dientes.
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