El yogur es una importante fuente de ácido láctico, elemento químico que ayuda a depurar la piel y también a descongestionarla.
Fines recomendados:
Debido a su suave acción exfoliante, es adecuado para limpiar el cutis y, en verdad, todo el cuerpo, pues en diferentes zonas -como los codos y los talones- puede suavizar la epidermis.
Además, en ciertas zonas con asperezas y oscurecidas del cuerpo, que están muy tapadas durante el invierno o que se exponen mucho al sol en verano, ejerce un leve efecto blanqueador.
Tratamiento típico:
Las mascarillas con yogur, que a veces combinan otros elementos -como las frutas y las verduras- son muy recomendadas y pueden prepararse de manera casera. Por ejemplo, una mascarilla elaborada con zanahoria rallada o triturada, con yogur fresco, aporta luminosidad a la piel a la vez que la nutre en profundidad.
Consejos para mejorar resultados:
El yogur siempre tiene que ser natural y, en lo posible, entero, para que su contenido graso actúe de manera similar a una crema de noche y neutralice el exceso de oleosidad en el rostro.
El secreto:
Como todas las cremas de noche, la mejor hora para aplicarse una
mascarilla de yogur es por la noche, antes de acostarse o de ducharse.
Resultado Real:
Tiempo aproximado: Sus beneficios son inmediatos.
Frecuencia de tratamiento: Si se aplica sobre la piel castigada o irritada, se puede emplear cada dos días o todos los días. Una vez que mejore el cuadro, espaciar la aplicación.
Lo que hay que tener en cuenta: Es bueno mezclar el yogur con otros productos nutritivos, como la miel o el aceite de rosa mosqueta.
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