El té verde es un tipo de té Camellia sinensis que ha tenido mínima oxidación durante su procesado y, a diferencia del té negro, no es fermentado.
Los beneficios terapéuticos de esta infusión son los siguientes:
Tiene efectos diuréticos y depuradores, por lo que ayuda a eliminar las toxinas. Además, sus componentes inhiben la adhesión de grasas en los tejidos.
Es antioxidante:
Posee catequinas (flavonoides), que inhiben la oxidación del colesterol bueno, lo que permite contrarrestar la formación de arterioscle rosis (endurecimiento de las arterias).
Estimula el sistema nervioso:
mejora la concentración y la memoria, con la ventaja de poseer menos cafeína que el té negro.
Actúa como rejuvenecedor general:
Muchos cosméticos e, incluso, alimentos lo incorporaron en forma de extracto. Retrasa el envejecimiento, previniendo la caída del cabello y las arrugas.
Refuerza el sistema inmunitario:
Contrarresta la formación de determinadas enzimas dañinas para el organismo.
Protege el corazón:
Disminuye el riesgo de patologías cardiovasculares, previene y disuelve la producción de coágulos sanguíneos y ayuda a reducir los niveles de la presión arterial.
Ejerce una acción hepatoprotectora:
Gracias a su riqueza en oiigoe lementos y vitamina C, el té verde es recomendable para combatir afecciones hepáticas y digestivas. Asimismo, inhibe el sistema enzimático del hígad
o llamado P450, que favorece la formación de sustancias que inducen al cáncer.
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