Muchas personas adquieren esta costumbre desde pequeños y no hay forma de dejarla. La onicofagia es el hábito de comerse las uñas y aunque parezca una simple manía, es considerada una patología por los inconvenientes que conlleva para la salud.
Este problema está bastante extendido entre la sociedad. Sobre todo lo padecen las personas nerviosas, como una reacción automática ante una situación de estrés, fatiga, aburrimiento, etc.
Los niños son la franja de la población que más se come las uñas. Diferentes encuestas muestran que el 45% tiene esta manía que normalmente, suele desaparecer con el paso de los años. Ai llegar a la adolescencia se las sigue mordiendo un 25% de ellos, mientras que tan sólo un 10% de los adultos no pueden evitarlo.
Aunque parezca un hábito inofensivo que simplemente afea los dedos y las manos, lo cierto es que la onicofagia cronificada puede tener graves consecuencias:
- Verrugas periungueales: pequeños crecimientos en la piel normalmente indoloros, que aparecen por debajo o alrededor de las uñas.
- Padrastros.
- Infecciones bacterianas y víricas en los labios y la mucosa oral.
- Maloclusión: mal alineamiento de las arcadas dentarias y malposición de los dientes.
- Puede intervenir en el crecimiento y función de la musculatura de la boca.
- Si además de morderse la uña, el individuo también se la traga, pude llegar a incrustarse en la faringe y provocar inflamación.
Cómo quitarse la costumbre
Para dejar de comerse las uñas, el primer paso que se debe dar es concienciarse de que se quiere abandonar el hábito completamente. Al ser una reacción automática, es fundamental que nuestro cerebro asuma esta nueva situación. Una buena idea es establecer un día clave en el que se va a comenzar a eliminar la costumbre. Además prueba con:
Ser crítico contigo mismo. Mírate las manos y aprecia que no te gustan como están y que no presentan una estética bonita.
Descubrir en qué situaciones te las comes más o qué circustancias te provocan nerviosismo. Al conocerlas, podrás evitarlas.
Tu cuerpo te avisa que estás a punto de comerte las uñas. Si te llevas la mano a la boca, aprietas la mandíbula o te tocas las uñas, puede significar que te las quieres morder las uñas.
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