La zarzamora, cuyo nombre científico es rubus frutícosus, es una especie perteneciente a la familia de las Rosáceas. Crece por doquier pero, especialmente, en espinares, setos y bosques, propagándose con sorprendente rapidez. Se recolecta durante todo el año.
Es un arbusto sarmentoso de tallos leñosos llenos de espinas. Las flores, dispuestas en racimos, son de color rosáceo. Los frutos, muy característicos y jugosos, son rojos, tornándose negros al madurar.
Propiedades curativas de la zarzamora
Alivia la cistitis Una infusión preparada a base de hojas esta planta está indicada para combatir la cistitis y las hemorroides e, incluso, mitigar los dolores menstruales y los trastornos vaginales.
Alivia los trastornos intestinales Con un litro de zumo de zarzamoras, medio kilo de azúcar, 250 g de miel, una cucharadita de clavos machacados, otra de canela y un poquito de nuez moscada molida se prepara una tisana eficaz para combatir los desarreglos intestinales.
Contra la sinusitis Con una cucharada de hojas de za rzamora, dos brotes de ortigas jóvenes y uno de menta fresca, todo ello en medio litro de agua hirviendo, se prepara una infusión apropiada para prevenir la doloroso sinusitis.
Mejora la circulación sanguínea Un cocimiento o infusión de sus frutos está indicada para favorecer la circulación de la sangre. El mismo efecto lo poseen otros frutos, por ejemplo los arándanos.
Combate la tos Con un kilo de zarzamoras, una cucharada de granos de pimienta inglesa, otra de clavos de especia molidos, miel templada y, si se quiere, un poquito de brandy, se prepara un delicioso pon-s che que mitigara la tos irritante.
Otras aplicaciones
Tradicionalmente, las moras han sido muy apreciadas para elaborar confituras, gelatinas y bebidas refrescantes. Los brotes jóvenes de esta planta, expuestos al sol, proporcionan un jugo con notables propiedades cicatrizantes y desinfectantes.
Curiosidades
El médico griego Dioscórides ya alabó sus virtudes. Según él, «aprieta y ennegrece el cabello; es buena para las flaquezas del estómago». En la Edad Media recomendaban sus frutos contra las fiebres y las jaquecas.
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