Que la esclerótica (la zona blanca que rodea a la córnea y al iris de los ojos) deje de ser blanca y adquiera un tono rojizo se debe, en último caso, a que se dilatan los vasos sanguíneos de la conjuntiva que la rodea.
Pero, como verás a continuación, esa dilatación puede deberse a su vez a diferentes causas. Y de su diagnóstico correcto depende, en muchas ocasiones, que aparezcan posteriormente o no problemas de visión.
Las causas más comunes
Una conjuntivitis. Es la causa de ojos rojos que más solemos ver en los centros de Atención Primaria. Se trata de una inflamación de esa capa vascular a que hacíamos referencia, y puede ser de dos tipos: infecciosas (sobre todo, las víricas; aunque también pueden deberse a la presencia de bacterias o de chlamydias), y las no infecciosas (ya sea por mecanismo alérgico, que es lo más habitual, o bien por irritación por algún producto o sustancia con la que entra en contacto el ojo).
También notarías... Además del enrojecimiento del ojo, los síntomas de una conjuntivitis infecciosa son las molestias en los párpados; la sensación de tener un cuerpo extraño; el picor; y las secreciones (son líquidas al principio pero luego se hacen más densas). Si aparece dolor o pérdida de visión puede tratarse de algo más complicado.
También notarías... Además del enrojecimiento del ojo, los síntomas de una conjuntivitis infecciosa son las molestias en los párpados; la sensación de tener un cuerpo extraño; el picor; y las secreciones (son líquidas al principio pero luego se hacen más densas). Si aparece dolor o pérdida de visión puede tratarse de algo más complicado.
Una hemorragia. Los médicos denominamos hiposfagma a una simple hemorragia en el espacio que queda entre la esclerótica y la conjuntiva que la nutre. Lo normal en esta situación, por lo tanto, es ver un hematoma y suele ocurrir por haber recibido un golpe en el ojo, pero también por hacer esfuerzos grandes (al toser; al vomitar o al ir al baño). Es una situación aparatosa pero no preocupante, y se resuelve, sin intervención médica, en apenas una semana o diez días.
Algo irrita la córnea. Puede ocurrir con algún cuerpo extraño u objeto que salten hacia el globo ocular (una astilla de madera, una porción de hierro, el borde “cortante” de un folio), pero también con las propias pestañas, las lentes de contacto, la quemadura de una soldadura eléctrica o del sol (queratitis actínica).
Los que no debe considerarse como normal y debe ser visto por un médico
Dolor ocular No es sensación de cuerpo extraño o una simple molestia al parpadeo (más típicos de una conjuntivitis); slnodolorimportante.
Dolor ocular No es sensación de cuerpo extraño o una simple molestia al parpadeo (más típicos de una conjuntivitis); slnodolorimportante.
Visión borrosa Hay que acudir al médico si, de repente, se pierde agudeza visual. Puede haber inflamación interna o tratarse de un glaucoma.
La luz molesta Se conoce como fotofobia y suele deberse al bloqueo del iris en su función de cerrar la pupila cuando llega más luz.
Gran malestar Un gran cansancio, confusión, desgana, mucha sed, estreñimiento, náuseas. indican niveles altos de calcio en sangre.Conozca también
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