El harpagofito (Harpagophytum procumbens) es una planta originaria del sur de África y muy usada, como remedio, desde épocas remotas.
Hoy en día, se ha estado utilizando para aliviar las enfermeades de patrón inflamatorio, ya que es una alternativa natural a los fármacos comerciales que pueden producir efectos secundarios indeseables, principalmente a nivel del sistema digestivo, originando a menudo enfermedades.
Muchas úlceras o gastritis crónicas sobrevienen a consecuencia de un uso prolongado de este tipo de medicamentos.
Propiedades curativas
El harpagofito, bien tolerado por el sistema digestivo y carente de efectos secundarios, tiene su principal aplicación en el tratamiento de los dolores relacionados con las enfermedades reumáticas: artritis reumatoide, artrosis, osteoartritis y gota, entre las más frecuentes.
También se ha podido constatar una mejoría notable tras la suplementación con esta planta en el tratamiento de la fibromialgia, contracturas musculares, lumbalgia, ciáticas, tendinitis y traumatismos.
La toma del extracto de harpagofito además favorece la eliminación de los residuos metabólicos ácidos a través de la orina. Uno de ellos, el ácido úrico, es el mayor responsable de la aparición de enfermedades como gota o artritis.
Dosis y precauciones
La dosis recomendada de harpagofito es de 30 a 50 gotas, 3 veces al día, si se toma extracto fluido y de 1 a 2 g al día repartidos en 3 tomas, si es extracto seco. Se recomienda tomarlo antes de las comidas.
La duración del tratamiento en los casos crónicos debe ser al menos de 3 meses. A las dosis indicadas el harpagofito no presenta toxicidad ni efectos secundarios.
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En raros casos puede producir un ligero efecto laxante o leves molestias estomacales al iniciar el tratamiento.
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